lunes, 15 de septiembre de 2014

Papeles de BRADOMIN del VALLE (6)



BANQUETE CON TRAMPA


El General Primo de Rivera presidiendo el banquete
De un suceso acaecido en Oviedo y que pudo haber tenido consecuencias políticas. En crónica anónima, el periódico la Voz de Asturias de fecha 18 de agosto de 1926, informa de la visita a Asturias del General Primo de Rivera, acompañado de sus hijas Pilar y Carmen; continua diciendo... "que en su honor se organizó una gran fiesta y se movilizó a gran número de personas llegadas de todos los puntos de la provincia. Se adornaron fuentes y calles, y en el Bombé, relumbrante de flores y tapices, se celebró el banquete oficial. Nos va detallando la aristocracia e ilustres asistentes..."Se congregaron 1.670 comensales, servidos por 150 camareros, y el precio del menú fue de 12,50 pesetas. Pero a causa de no se sabe que ocultas motivaciones, la misteriosa adulteración de algunos platos ocasionó inoportunos desajustes intestinales, que acabarían en apresurados movimientos y abandonos de la mesa".
Parece ser que la cosa no fue a mayores; posteriormente y por persona bien informada, el cronista, supo que había sido la ingesta de langostinos en deficientes condiciones: ¡la que se pudo armar!.


(Pasaje del libro "De los Cafés antiguos en la Ciudad de Oviedo", Oviedo 2007. Autor. Emilio Cepeda García).


viernes, 16 de agosto de 2013

Papeles de BRADOMÍN del VALLE (5).


El gran JERO.


Jero Ibrán y Mercedes Shau, ambos, campeones de España
Así era conocido en Oviedo. Hijo del destacado ingeniero D. Jerónimo Ibrán. Un atractivo joven de mucho gancho entre el elemento femenino, allá por las calendas de los años veinte del siglo pasado. Un ovetense que bullía por la Vetusta de la gente bien, es decir de la gente pija que se dice ahora, y que en ésta encorchada ciudad siempre hubo abundante cosecha; aunque también tenía amigos en todos los ámbitos sociales.

Jero, desde muy joven practicaba varios deportes: fue un destacado jugador de "tennis", y fueron muchas, sin duda, las competiciones en las que tomó parte. En esa época ovetense llegaban noticias de sus triunfos sobre raquetas famosas. Sin más, valga ésta instantánea tomada en Santander en el año 1939, donde se proclamo campeón de España. Por todo eso, me complace sacar del olvido a este insigne deportista de la belle epoque carbayona.

domingo, 14 de julio de 2013

Papeles de BRADOMÍN del VALLE (1).


LA PORVENIRA:

En el periódico La Nueva España de fecha 15 de Noviembre de 1944; en no ta necrológica recoge la singular noticia:

<<La popular ovetense doña Pilar Norniella ha fallecido en esta ciudad sin haber hecho testamento. Y como se da el caso que solo deja parientes que pasan del quinto grado; su fortuna valorada en tres millones de pesetas pasará a poder del Estado>>.

A la tan opulenta señorita -tres millones de pesetas en aquellos años representaban caudal de   muchísima consideración-, se la conocía por "La Porvenira"; ello como consecuencia de haber tenido su padre un comercio que funcionaba bajo el título de "El Porvenir": local en la calle Uría, 22.
Iba el tiempo, por entonces, por las cercanías de la década de los treinta y a la sazón ya andaba nuestra Pilar en el friso de la edad más que madura. La recuerdo bien, circulando por Oviedo y fue por aquellas fechas cuando llegué a saber que era ella, y que desde bastantes años atrás se había hospedado definitivamente en el Hotel París, en la calle Uría; hotel que más tarde paso a titularse Príncipe de Asturias. A aquellas alturas, conservaba la elegancia asistida por las manifiestas calidades del atuendo y alhajamiento a plena muestra.
LA PORVENIRA. Dibujo de Sebastian Miranda
Como testimonio revelador de la gentileza que en tiempos de más temprana edad acentuaba la distinción de la Norniella, el apunte de Sebastian Miranda (fecha 1909), es sin duda aprovechable al máximo. Pues si nada de belleza sorprendente debía aportar su palmito, todo lo contrario se refleja en la perfectamente estilizada composición de su esbelta figura. Pero también pudiera ocurrir que la suntuosa elegancia de la gentil Pilar fuese atendida, directamente, por modisto de fama consagrada, de París o Londres.
Que aquella señorita (hija del dueño del "El Porvenir") fue personaje señero en la vida social ovetense es cosa fuera de duda, y en tal circunstancia ha de cifrarse la clave de la decisión de Pérez de Ayala en cuanto a trasuntarla en la "Felicita Quemada" en su ovetensísima novela : "Belarmino y Apolonio".
Tal vez por motivos que alcanzaban grado de curiosidad, desde que alcancé a conocerla siempre me fue agradable la presencia de aquella sofisticada dama. Ahora su recuerdo me satisface. 

jueves, 6 de junio de 2013

Papeles de BRADOMÍN del VALLE (3).

                                          
Adios al viejo Tranvía                                              


Corría el año 1956 (septiembre); cuando se comunica en la prensa local, el final y la retirada de los "tranvias eléctricos"; jaulones que sobre ruedas y carriles circularon por Oviedo durante trenta y cuatro años. Se habían inaugurado el 1º de mayo de 1922, sustituyendo al legendario "tranvia de mulas". Tan feliz progresía, como es natural, fue muy celebrada por los ovetenses, sin que faltaran los "versos" (u lo que fueran) laudatorios del jocoso e hilarante "vate de Olloniego", Guillermo Carrocera y Rodriguez; publicados en la hoja volandera que se vendía a 10 céntimos (vamos la "perra gorda" de entonces), siendo la recaudación a beneficio de los niños rusos, victimas de la crisis económica que aún afectaba a su país.



             

martes, 30 de abril de 2013

Papeles de BRADOMÍN del VALLE (4)


CHARLATAN de CHARLATANES.

Decían que era el mejor de los vendedores de ferias; los llamados "charlatanes", subastadores, etc., etc. Que en su época sentó los cánones de la venta de quincallería en la calle: método al que otros muchos se adaptaron después. También se decía, que había ganado buenos dineros con su profesión, llegando a dilapidar toda su fortuna. Lo de siempre. Tópico, más o menos. A Oviedo vino en muchas ocasiones, desde las primeras décadas del siglo hasta el año 1934; por lo menos lo menos lo recuerdo por esas fechas, durante las fiestas de San Mateo cuyo ferial se estableció aquel año en los antiguos terrenos de Llamaquique. En la infancia, las cosas de este tipo resultan casi acontecimientos. En el año 1934, León Salvador, que así se hacía llamar, andaba ya en edad curtida, aunque bien conservado físicamente. Tipo alto, con tez morena de corte agitanado; vestía arregladamente tocándose con sombrero flexible. Utilizando la jerga al uso en estos casos, puede decirse aquello de "trabajaba bien"; de lo que no cabe duda es que su audiencia era siempre muy numerosa. Verle trabajar resultaba todo un espectáculo. Vendía o subastaba mercancía variada, pero su oferta estrella eran los relojes a precios inverosímiles. Decía que los fabricaban en Suiza, exclusivamente, para el y en enormes cantidades --vagones--, lo que le permitia abaratarlos. Son ya bastantes los años de la culminación de su paso por el mundo; época en la que --como ahora otras cosas--, tenían eco probado ciertos menesteres que se consideraban novedosos. También hacen historia los pequeños hechos que, si de transcendencia menor dan en encajar en la ciencia sociológica. En lo suyo, ha de valorarse a León Salvador como epígono.


    Cayo Fontán



domingo, 22 de julio de 2012

Por el Fontán anduvimos


RAFAEL. el de Bilbao.




Apareció por el Fontán hacía los años cuarenta –finales de la década-, del siglo pasado. Trabajaba largas temporadas en la ciudad, en donde, incluso, estuvo afincado  durante un tiempo en una pensión en el Arco de los Zapatos. Solía estar auxiliado en su trabajo por una mujer de mediana edad y cumplida estatura. Buena moza.
Como buen bilbaíno de nacimiento, solía anunciarse como: Rafael, discípulo del más grande y popular charlatán Quinito. No sabemos nada de aquel, pero este, en relación a sus maneras de despacharse ante el corro, si nos atrevemos a asegurar que no tendría porqué envidiar a ninguno. Este chimbo, encaramado en la tarima, transcendía a paradigma del buen charlatán. Subastaba de manera complaciente. Con sencillez, con buen vozarrón, también con particular acento persuasivo. El tenderete, -algo parecido al retablo de las maravillas- lo instalaba, regularmente, al pie de las escuelas del Fontán, dejando la acera –por entonces- como paso libre. En su valija mercantil disponía de artículos de lo más variado; desde cuchillas de afeitar, peines de asta, medias de señora, collares, etc. 
Varón que andaría sobre la cincuentena o poco más; vestía correctamente, sin exagerar, y, siempre cubierto con la chapela distintiva de su tierra. Mantenía sincera amistad con personas residentes en el barrio, incluso, llegó a tener tertulia en establecimiento muy popular del entorno. Por el Fontán circuló este vendedor de calle durante algunos años. De su existencia posterior nada supimos. 


Cayo Fontán


                                                                          
  

lunes, 18 de junio de 2012

Por el Fontán anduvimos.



(2)   ANTÓN. Artesano de la reparación de cacharros y paraguas. 


Era sencillamente una institución, que en este caso podríamos decir que alcanzaría valor de símbolo. Vino nuestro hombre de tierras gallegas, concretamente de Los Peares (Orense). Llegó a Asturias en compañia de un hermano suyo, de profesión calderero y con el que aprende el oficio. No tenemos la certeza del año de su llegada, bien podría haber sido en el primer cuarto del s.XX.
Después de recorrer la provincia durante algún tiempo, decide afincarse en El Fontán, donde poco a poco comienza a ganarse la confianza por su buen hacer, bondad, simpatía y por su gran humanidad. Allí crea una familia, y de donde no iba a moverse hasta sus últimos días.
Antón el Paragüero 
El primer puesto que instaló en el Fontán, ocupaba un lugar en la calle Fierro, bajo los arcos, frente a comercio de telas "Casa Germán", que aún existe. Después de la guerra civil, y sin que sepamos la causa, se traslada con sus bártulos a la plaza Daoiz y Velarde, en lo soportales -sobre la tercera o cuarta columna- en la parte baja de la plaza.
Sentado sobre una especie de "banco-arcón" -donde guardaba su herramienta al final de la jornada-, sobre el que colocaba un cojín. Utilizaba una barra de hierro anclada en un tronco, que incorporaba en la parte superior una especie de yunque, sobre el que reparaba o remendaba cualquier tipo de menaje (cacharros); potas, cazos, sartenes, barreños, calderos y todo lo imaginable. También se empleaba con gran destreza en la reparación de paraguas.
Su imagen, inconfundible; de talla mas bien menuda, piel tostada, rostro arrugado por los años vividos, semblante sincero y risueño, una voz fina y su acento gallego que nunca perdió, pelo blanco, tocado siempre con boina negra y bata de color gris. Gran aficionado al fútbol en toda regla, sus equipos favoritos eran: primero el Stadium Ovetense, al que siguió desde su fundación, después el Real Oviedo, que tuvo origen de la fusión sabida. Estos eran los rasgos un tanto generales de Antón Rodríguez Pereira, que este era su nombre completo; hombre que vio pasar varias generaciones "fontaniegas", y esencia viva del mismo, tanto como el "cañu" o el mismo palacio de San Feliz. Todo un icono.


Cayo Fontán